Meses atrás, cuando tenía un primer acercamiento con alguno de nuestros clientes para conversar sobre continuidad de negocio, solo al mencionar estas dos palabras las reacciones naturales tendían a desviarse hacia las diversas estrategias de recuperación de desastres con las que pueden contar, que muchas veces de forma empírica, desactualizada y que muy pocas veces habían sido probadas del todo. La orientación de las marcas de las tecnologías con la cual estaban relacionados, no dejaba de estar a la orden del día.
En el primer momento ante preguntas para conocer si había llevado a cabo un análisis de impacto de su negocio, y/o si conoce en totalidad los riesgos que pueden afectar arrancaba una conversación de comprensión de los aspectos relevantes de su negocio, pero muchas de estas veces desde el punto de vista individual o departamental.
Y ahora, con la experiencia adelantada de los últimos acontecimientos, se ha ampliado el entendimiento de otros factores relevantes a todo nivel que pueden afectar el negocio y la organización por completo. Esto ha traído una sensibilización, a una mayor escala.
La pandemia del COVID-19 ha sido comparada a un evento tipo “cisne negro”, una figura usada comúnmente para eventos extremadamente extraños e impredecibles, con consecuencias profundas sociales y económicas y que, con frecuencia, se puede hallar una explicación sencilla luego de ocurrido.
Un término original de Nassim Nicholas Taleb en su libro “El cisne negro”.
¿Crees que este evento era del todo impredecible?
Definitivamente, la historia nos dice que no. Una pandemia es algo que el mundo ha visto antes y ha habido muchas señales que así lo informan. En los últimos años, en el análisis de factores relevantes sobre el entorno empresarial, las pandemias y epidemias estaban en la lista de los factores de riesgo que pueden afectar la continuidad del negocio.
Demos un vistazo al Informe Sobre Riesgos Mundiales del 2019 generado por el Fondo Económico Mundial:
“El progreso nos ha hecho complaciente con respecto a las amenazas convencionales, pero la naturaleza sigue siendo capaz de “innovar” una pandemia que podría causar daños incalculables.”
“Una estimación de posibles pandemias durante el siglo XXI pone el costo económico anualizado en USD 60 000 millones.”
Como vemos, definitivamente se trata de un evento que es altamente probable y predecible, con un alto impacto; pero que después de ocurrido le damos una explicación que reconoce la probabilidad de ocurrencia. La complejidad radica en que se asocia a errores de juicio o alguna otra forma humana de causalidad; son eventos que todos vemos venir, pero a los nadie se atreve a enfrentarse y que Michele Wucker popularizó con el concepto de “Rinoceronte Gris” en su libro.
Definitivamente los “Cisnes Negros” y los “Rinocerontes Grises” pueden ocurrir y así lo han demostrado los últimos acontecimientos que han desplazado a las interrupciones de TI y telecomunicaciones como principales causas de interrupción en la continuidad del negocio por uno incidentes que afectan de forma grave y masiva a la salud.
Anexo una imagen obtenida del reporte del Business Continuity Institute Horizon Scan 2020, que resumen los riesgos más relevantes para los últimos 12 meses, los que se proyectan para nuevos 12 meses y parte de las consecuencias de los últimos meses.
Lo realmente importante de esto, es que necesariamente hay que estar prevenido para lo inesperado. Desde el punto de vista empresarial es necesario establecer un entendimiento medular negocio, conocer en profundidad los riesgos, contar con la tecnología que pueda soportar estos cambios, así como tener la certeza de la madurez del personal a todo nivel y la eficiencia de los procesos necesarios para lograrlo.
¿Cómo podemos diseñar una estrategia de continuidad de negocio?
Partamos primero, como paso 0, por homologar el término de Continuidad de negocio, de acuerdo a la norma ISO 22301.
Proceso holístico de gestión que identifica las amenazas potenciales para una organización y los impactos que pueden generar su ocurrencia en el negocio; dicha identificación brinda un marco de referencia para desarrollar la resiliencia organizacional con capacidades que protejan los intereses de las partes interesadas clave, la reputación, la marca y la creación de valor de la compañía.
Al ser un proceso holístico, representa una evolución de lo que se conoce como un plan de recuperación de desastres y no se limita a aspectos sólo tecnológicos.
El Entendimiento de la organización, es el primer paso. En esta fase, se parte de un Análisis de Impacto de Negocio y el Análisis de Riesgos, en donde se definen las prioridades de su proceso y negocio, de forma alineada entre todos los colaboradores de la organización; su contexto interno y externo, y cómo esto puede impactar la interrupción de los productos y/ servicios que posiciona.
Además de eso, en esta fase se identifican las amenazas y riesgo sobre los recursos claves, categorizando las posibles amenazas y generando el entendimiento interno de los diversos hallazgos y acciones necesarias.
Luego de esto, es necesario definir La Estrategia de recuperación integrada para la prevención, recuperación y estabilización de las funciones del negocio, fortaleciendo al mismo tiempo la cultura de continuidad de negocio, de competencias y sensibilización del proceso.
La implementación, es el paso siguiente, en donde se desarrolla e implementa los planes de continuidad de negocio, basado en tareas simples agrupadas por fases y roles. El reforzamiento de la cultura de continuidad es sumamente importante y determinante en esta etapa.
En cualquier momento, luego de su implementación, corresponde pasar a la fase Probar y Mejorar en donde se inicia con pruebas sencillas y frecuentes que van evolucionando con el tiempo, hasta incorporar pruebas más complejas y distantes en el tiempo, mejorando de forma continua y corrigiendo cualquier desviación de los procesos documentados.
Por supuesto que contar con un robusto plan de continuidad de negocio implica muchas cosas, además de un gran trabajo.
Lo importante es que luego de este marco referencial, acompañado del compromiso de toda la empresa que irá aprendiendo y nutriéndose de todo el proceso, se generará ese nivel de resiliencia organizacional frente a eventos predecibles e impredecibles que puedan darse a lugar.
Pregunta cómo el equipo de Consultoría de MT2005 Regional te puede ayudar en este viaje para garantizar que ningún cisne negro o rinoceronte gris pongan en jaque a tu negocio.
La pandemia del COVID-19 ha sido comparada a un evento tipo “cisne negro”, una figura usada comúnmente para eventos extremadamente extraños e impredecibles, con consecuencias profundas sociales y económicas y que, con frecuencia, se puede hallar una explicación sencilla luego de ocurrido. Un término original de Nassim Nicholas Taleb en su libro “El cisne negro”.